Sí, sí, las perchas.
Es curioso hablar de esto pero el otro día guardando algo en
el armario pensé en ellas y llegué a la
conclusión de que necesito más perchas. Que en cuestión de perchas es mejor más
que menos ya que además, es algo barato.
Había planchado una camisa que me pongo muy poco (de hecho
me pongo muy poco casi todas las camisas, soy poco fan de ellas) y al ir a
colgarla vi que no me quedaban perchas libres. Entonces pensé en colocarla
debajo de otras tres o cuatro camisas que tenía colgadas en otra percha. Como
me la pongo poco –pensé-, la coloco mejor, debajo de las otras que me pongo más.
Primera conclusión: esta camisa deberías darla, tirarla ó
usar para trapos. Como dice Andrea Moretti en sus “pistas de estilo” (mi último
descubrimiento en blogs, con el cual estoy encantada): “En el armario, lo que
no se ve, no se usa”. ¡Qué gran verdad! (http://www.andreaamoretti.com/2010/06/en-el-armario-lo-que-no-se-ve-no-se-usa.html#.VJ19csACA)
Segunda conclusión: ¿en serio merece la pena andar quitando
todas las camisas que ya tenía en una percha colocadas sólo para meter una
debajo? No. Es una pérdida de tiempo y un rollo. Necesito una percha para cada
camisa.
De este modo, ahorraré tiempo colocando y lo tendré todo a
la vista.
¿Quién no ha pasado por el rollo de quitar y quitar cosas de
una percha para sacar lo que hay debajo? Que levante la mano el que no. ¡Ja!.
¿Os habéis parado a pensar alguna vez en la cantidad de
modelos de perchas que hay? Normalmente cuando piensas en “una percha”, piensas
en “una percha”, pero éstas desarrollan miles de variedades.
Tenemos las perchas de plástico, normalmente blancas, pero
también de muchos otros colores.
Las perchas de madera, mucho más elegantes que duda cabe.
Las perchas con doble varilla para pantalones.
Las perchas con pinzas. Yo suelo colgar aquí las faldas (las
pocas que tengo) y como trato de unificarlas todas en una, nunca me da de si la
percha. Siempre pienso que tengo que comprar más perchas de pinza y nunca lo
hago. Dejan marca, eso sí.
Las perchas mulliditas. Normalmente éstas las hacen para
armarios de niños. Son acolchaditas, con el gancho también forrado y suelen
llevar dibujitos bordados ó ser de telas con bonitos estampados. En mi opinión,
son las más bonitas, pero también las más caras.
Las perchas de alambre. Suelen ser éstas las que te regalan
en el tinte cuando vas a recoger algo. Las hay en dos modalidades. Alambre feo
sin más. Y alambre recubierto de plástico (rojas, azules, negras…). De todos
los colores las tengo, oiga.
Las perchas para corbatas en el caso de los hombres, ó sea,
corbateros.
Uno de mis últimos descubrimientos han sido unas perchas que
se inflan y se tapan con un tapón como de globos ó neumáticos y que son
perfectas para poner ropa de lana a secar porque al ser abullonaditas no se
queda la marca de los hombros. Me encantan.
Y cómo no hablar de las perchas que tienen en cada vez más
hoteles y no entiendo por qué, ya que son unas perchas que en lugar de gancho
curvado tipo garfio, tienen sólo un alambre recto sin curvar el cual tienes que
tratar de encajar en el gancho con agujerito que está fijo en la barra del
armario con no pocos inconvenientes: el armario no suele tener luz interior y
no encuentras el gancho, los ganchos se mueven de un lado a otro de la barra y
no hay manera de atinar, y por último, el inconveniente para los que rozamos el
metro sesenta de estatura. Yo normalmente tengo que meterme dentro del armario
para poder llegar. En fin, supongo que la moda de estas perchas es para que la
gente no las mangue.
Tenemos también las perchas para niños, de dimensiones
adecuadas a su diminuta ropa.
Hay luego una amplia gama de derivados de las perchas como
son las perchas que van sobre raíl para los pantalones, las perchitas de
ventosas que se pegan a los espejos y un largo etcétera que ya entraría en la
categoría de otros accesorios de almacenamiento.
Las perchas, además de para ropa, son un gran aliado en el
caso de las mujeres para colgar collares, pañuelos, lazos u accesorios para el
pelo ó cinturones. Yo siempre me apaño de alguna manera para hacerlo. Bien del
gancho ó bien de las pinzas en el caso de las perchas para faldas ó pantalones.
No digamos la utilidad para colgar ambientadores. Los de
plástico me horrorizan pero los de bolsita de tela, más si contienen lavanda
dentro (uno de mis olores favoritos), son siempre una buena opción.
Todo esto venía por la conclusión a la que llegué el otro
día guardando una camisa y que al principio he citado.
El inconveniente de tener más perchas (casi una para cada
cosa), es sin duda la falta de espacio pero sinceramente, tengo mis dudas al
respecto de si no ocupa más una percha en la que haya diez cosas debajo.
Aunque las más bonitas son las perchas de madera, y las
perchas acolchadas de tela, es cierto que son las que más ocupan, por eso he
buscado ideas para decorar las perchas de alambre, que son las más finitas. Al
mismo tiempo que nos ocupan muy poco en el armario, tendremos cada cosa en una
percha y así todo a la vista, y además, pueden salirnos gratis si recopilamos
las que nos dan cada vez que recogemos algo del tinte. Podremos tener un
armario muy bonito, personalizado y con encanto.
Alejandra, me encanta tu blog, tienes una forma de describir las situaciones cotidianas muy divertida y amena. Un saludo y besos a los 3 !!!!!
ResponderEliminar¡Gracias Lucía! Acabo de descubrir tu blog. Vaya manos que tienes para la cocina. Me lo añado ya mismo para seguir. ¡Un abrazo!
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