No me puedo quedar ni con blanco ni con negro. Creo que todo
depende de qué compres y dónde lo compres.
Hasta hace poco tiempo era bastante reticente a las compras
on-line. Como a casi todo el mundo le ha pasado, poco a poco, hemos ido
cogiendo confianza y habituándonos a comprar a un clic desde el sillón.
En el caso de reservas de viajes y entradas a cines y
espectáculos la cosa está ya bastante asentada. Me atrevería a decir que una
gran mayoría de población utilizamos este medio para sacar billetes y entradas.
Funciona estupendamente, para qué negarlo. Es cómodo, rápido y eficaz. Puestos
de trabajo se habrá cargado pienso por otro lado.
Uno de los mayores miedos que genera es el pago por
internet. Hasta ahora no he tenido problema, tocaremos madera, pero creo que
siempre es más seguro hacerlo desde webs con pasarelas de pago seguras que
establezcan un mínimo de confianza.
Otra de las cosas que siempre me han echado para atrás, es
la de no poder tocar, coger, manosear ó
probarte lo que vas a comprar. Las páginas webs han evolucionado mucho en este
sentido. Muchas de ellas, sobretodo las de las grandes cadenas, franquicias ó
superficies, muestran una foto totalmente detallada del producto a comprar.
Puedes ampliarla, verla de un lado, de otro, girarla… Te dan además generalmente
un detalle del producto dónde puedes ver las medidas, composición, material
etc…
Muchas te obligan a registrarte en sus páginas para poder
hacer la compra y eso es otro aspecto que no me gusta. Ya hablé de
eso en un post del mes pasado. No quiero más usuarios, más contraseñas. No quiero estar registrada en más
cosas ni que me envíen publicidad. Sin embargo recientemente y a raíz de las
compras de los Reyes, he descubierto páginas en las que puedes realizar la
compra sin registrarte y me ha sorprendido gratamente.
Otro problema que veo es el de las devoluciones. Las cosas
que compras por internet son mucho más susceptibles de ser devueltas que las
que compras en tienda. Puede que no sea como esperabas al verlo físicamente,
puede que no te quede bien al probártelo en el caso de la ropa, etc. Sólo una
vez tuve que devolver algo que compré por internet y me devolvieron el dinero
sin problema pero la verdad es que no tengo mucha más experiencia en este
sentido.
Para terminar de hablar de los contras de las compras
on-line, hay que citar los gastos de envío. Aquí es donde más obstáculo veo yo,
lo que me hace más reticente a la hora de hacer compras a golpe de ratón. En la
mayor parte de los casos, a no ser que hagas una compra de bastante importe, te
cobran los gastos de envío. No siempre sumas el importe al que hay que llegar
para que los gastos de envío sean gratuitos ni puedes esperar un tiempo a que
necesites algo más de esa misma web, ya que podría agotarse lo que en un
principio querías. Una buena táctica de algunas páginas on-line es, mientras
llenas tu cesta, indicar en una ventanita el importe que te resta por gastar
para conseguir los gastos de envío gratis. De este modo podemos “picar” y
comprar algo más. Yo siempre valoro si me compensa ó no. Si los gastos de envío
son de bajo importe y voy a gastarme más en gasolina ó transporte para ir a la
tienda a comprarlo, prefiero asumirlos ya que entonces, no habrá diferencia de
precio y encima no habré perdido el tiempo. También ofrecen muchas tiendas la
posibilidad de hacer la recogida en tienda, y en ese caso, no pagas gastos de
envío. Esta es la opción que más he utilizado. Si el desplazamiento a tienda no
me cuesta dinero, con un agradable paseo, voy y recojo mi pedido enseñando
simplemente el Dni y el nº de localizador ó nº de pedido sin colas ni esperas
en caja.
A pesar de los obstáculos citados, cada vez veo más ventajas
a las compras por internet y lo utilizaría más si no fuese porque soy muy fan de
comprar en el barrio y en el comercio pequeño. No soporto ver cómo las tiendas
pequeñas y de toda la vida desaparecen. No soporto ver cómo se cargan los
pequeños comercios porque no pueden pagar los alquileres y no soporto ver cómo
éstos son comprados por franquicias, multinacionales y grandes cadenas de ropa
y restaurantes que están consiguiendo que se pierda la esencia de las ciudades
y que de igual estar en Madrid, que en Londres, que en París, que en Roma.
No soporto que apenas queden ya cines en la Gran Vía, pero
ese es ya otro tema y no quiero desviarme. Me duele por partida doble, porque
para mi, además del centro de Madrid, es mi barrio de toda la vida y ya no lo
veo como barrio.
Pienso por otro lado, que el pequeño comerciante de toda la
vida tendría que reaccionar. Me refiero a que, también ellos, podrían
desarrollar páginas web para sus comercios viendo que ahí está el futuro. La
sociedad cambia, la forma de comprar también. Sin embargo me consta que muchos
lo han hecho y ni por esas pueden tirar para adelante. El esfuerzo económico
sumado a las pocas ayudas que tienen les ahoga.
Como he comentado al principio, no puedo quedarme con un “sí”,
ó con un “no” a la hora de responder a la pregunta “Compras por internet, ¿sí ó
no?”. En base a todo lo anterior, en mi caso, sólo puedo sacar la siguiente
conclusión: para mi, que odio los "llenazos" de las tiendas y del centro de las
ciudades en Navidades y aborrezco con todas mis fuerzas los centros comerciales
(jamás entenderé cómo a la gente le encanta ir a pasar allí el día, no puedo
concebirlo) las compras por internet son muy buena opción para fechas así.
También los son, cuando por falta de tiempo no has podido salir a comprar. Qué
duda cabe que es mucho más rápido y cómodo.
Sin embargo en otras ocasiones, intento comprar
presencialmente y en comercio pequeño. Como mencioné al principio, todo depende
de la situación ó circunstancia. La mayoría de las veces lo que hago es mirarlo
previamente por internet e ir a la tienda y ya, a tiro hecho, verlo físicamente
y decidir.
Sobretodo trato de no complicarme la vida y utilizar
internet como algo que te facilite la vida y no que te la complique. Ahora
tenemos medios para que todo sea más fácil y sin embargo parece que tenemos
siempre menos tiempo y calidad de vida. Por eso, me propongo un uso inteligente
de las tiendas on line.
Desde aquí aprovecho para mostrar mi apoyo y solidaridad a todos aquéllos comercios que a partir del 1 de Enero ya no vayan a poder beneficiarse de las rentas antiguas y vayan a tener muy difícil su subsistencia. Con los zapatos de esas zapaterías he ido al cole, con los libros y demás material escolar de esas papelerías he crecido académicamente en el cole y con los cromos que me compraban mis padres al salir del cole en esos quioscos ya inexistentes, he llenado muchos álbumes. Se mueren los barrios y me produce mucha nostalgia.
Desde aquí aprovecho para mostrar mi apoyo y solidaridad a todos aquéllos comercios que a partir del 1 de Enero ya no vayan a poder beneficiarse de las rentas antiguas y vayan a tener muy difícil su subsistencia. Con los zapatos de esas zapaterías he ido al cole, con los libros y demás material escolar de esas papelerías he crecido académicamente en el cole y con los cromos que me compraban mis padres al salir del cole en esos quioscos ya inexistentes, he llenado muchos álbumes. Se mueren los barrios y me produce mucha nostalgia.
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